Mejora tu autoestima. Primera etapa: acepta y valora quién eres.
- Ana Rosa
- 3 may 2021
- 13 Min. de lectura
Si en un post anterior hablábamos de la importancia de la autoestima, en esta ocasión vamos a comenzar el camino para mejorarla.

Recordemos que uno de los elementos que componen nuestra autoestima es el autoconcepto, es decir, la opinión que tenemos de nosotros mismos. También decíamos que cuanto más clara y alejada de sesgos tengamos esa visión, mejor nos servirá para valorarla de manera óptima y así, poder trabajar con ella.
Pues bien, en este post vamos a hablar de herramientas que nos ayudaran a conoceros, para después sacar valorar nuestra mejor versión y aceptar los aspectos que consideramos negativos, pues éstos forman una parte importante de quiénes somos.
Conocerme ¿eh? parece fácil. Yo ya me conozco, sé cómo me llamo, donde nací, lo que mido y peso, conozco incluso que me gustan las novelas de misterio y que no se me da del todo bien el cálculo. Sin embargo, cuando nos preguntan en alguna entrevista "3 aspectos en lo que destacas y 3 en los que necesitas mejorar" necesitamos pensarlo. De hecho, todas las recomendaciones sobre cómo enfrentar correctamente una entrevista te aconsejan que lo lleves preparado de ante mano, para no bloquearte en directo. Y si no me creéis, hagamos un pequeño ejercicio:
coge bolígrafo y papel, vas a escribir lo siguiente:
1 objetivo que hayas logrado en tu vida (no importa la magnitud). Si no eres capaz de señalar uno, piensa en lo que considerarías que ha sido un logro para un familiar o un/a amigo/a y que tú también has hecho.
4 características personales que te hayan llevado a conseguirlo.
¿Ya? Pues ahora un pelín más difícil:
1 logro que te costó mucho (que tuviste que ensayar, practicar, formarte, volver a intentarlo cientos de veces o, simplemente, te llevó más tiempo de lo que pensabas)
Ahora intenta señalar 3 características personales (no valen del medio, ni achacarlo a la suerte) que te ayudaron a conseguirlo.
Señala 3 más que te frenaban, que te hicieron retrasarte o tener que esforzarte más.
Si eres de las personas que ha hecho el ejercicio, te habrás dado cuenta que no es tan sencillo analizarse a sí mismo/a. Lo cierto es que somos muy buenos analizando todo lo que nos rodea con rapidez, pero nos cuesta más hacer esa introspección y es una pena, porque si conociéramos exactamente nuestras competencias, cómo nos comportamos y nos comunicamos, sería mucho más sencillo mejorar quiénes somos y lograr grandes cambios.
Tristemente, nos encontramos ante el escenario totalmente contrario. Nunca vamos a llegar a conocernos del todo. Y tú creyendo que conoces perfectamente a tu pareja...
La ventana de Johari

Cuando los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham estaban estudiando la mejor manera de trabajar en grupo las relaciones personales, idearon este cuadro que, a modo resumen, identifica las 4 áreas que todo el mundo tenemos y con las cuáles nos mostramos a los demás.
El área pública representa lo que yo conozco de mi y los demás también conocen, es decir, es lo que solemos mostrar de nosotros conscientemente. Normalmente, serán aquellas partes de nosotros que consideramos más atractivas y con las que solemos interactuar con los demás.
El área ciega, es la parte de nosotros mismos que los demás ven pero no nosotros no. Este área representa aquellos rasgos o conductas que mostramos sin ser conscientes, pueden ser positivas o negativas.
El área oculta representa lo que escondemos a los demás, normalmente aspectos que consideramos negativos.
El área desconocida. Todos tenemos un área que no conocemos y tampoco han visto jamás los demás ¿por qué? simplemente porque no podemos saber cómo reaccionaremos (o que rasgos de nuestra personalidad se esconden) ante un acontecimiento no vivido. Por ejemplo, si nunca te has enfrentado a un accidente de tráfico, no puedes saber si reaccionarías bien ante la situación, serías capaz de responder con serenidad y velocidad, te encontrarías centrado y te acordarías de todo lo aprendido sobre primeros auxilios.
"si conociéramos exactamente nuestras competencias, cómo nos comportamos y nos comunicamos sería mucho más sencillo mejorar quiénes somos y lograr grandes cambios."
Vamos a utilizar el cuadro anterior para trabajar el autoconcepto.
Comenzaremos diferenciando entre el concepto interno (aquellas características que se encuentran en el interior de nosotros y sólo son visibles a través de nuestra conducta) y el externo (las características físicas, visibles externamente). Vamos a tomar esta división en cada una de las áreas anteriormente mencionadas, nuestro objetivo: agrandar el área pública y empequeñecer la desconocida. ¡Empecemos!
En el área pública se encuentra nuestro yo visible ante nosotros y el mundo, pero este yo tiene que ser consciente, por ello, el primer trabajo es, una vez más, la introspección. Vaya tareíta nos manda la psicóloga. Lo cierto es que conocerse a sí mismo/a puede ser algo tedioso pero vamos a hacerlo entretenido:
Para trabajar la parte interna vamos a necesitar una plantilla donde se encuentren un montón de adjetivos para describir a personas, podéis sacarlo de alguna web o libro que utilicen las personas extranjeras para aprender español o usar la mía. (haz click aquí). También necesitaremos rotuladores de colores vivos.
Con la hoja impresa, escogemos un color, el que queramos, y realizamos un puntito al lado de cada palabra que nos puede haber definido en algún momento de nuestra vida. Pueden ser todos los que quieras.
Cogemos otro color y subrayamos aquellos anteriores con los que, creemos, nos hemos presentado ante los demás en algún momento a lo largo de nuestra vida.
Ahora vas a seleccionar, rodeándolos, por ejemplo, con otros colores los 10 que mejor te definan, 6 positivos y 4 negativos (siempre los negativos son más difíciles)
Y, para rematar, de los 10 anteriores, al menos 2 en los que destacas especialmente. Los que se te presentan en la mayoría de las situaciones.
Este ejercicio tiene que haberte servido para reflexionar acerca de tus vivencias, tu personalidad, cómo te ven y cómo te ves. Muy completo.
La parte externa es mucho más fácil de analizar. Simplemente, preséntate delante de un espejo de cuerpo entero, con ropa cómoda, sin maquillar, ni excesivamente arreglado/a pero tampoco con una camiseta raída y unos pantalones manchados de lejía de estar por casa, que nos conocemos. Y, ahora, empieza a observarte. Comienza en el cabello y termina en los dedos de los pies, puedes puntuar o, simplemente, dejar señaladas en un papel aquellas zonas que más te gustan y aquellas que menos. No te preocupes, trabajaremos en éstas últimas.
Si quieres hacer un ejercicio más completo, puedes usar mi ficha.
Para rascar algunos rasgos propios del área ciega necesitaremos a una persona que nos conozca bien, preferentemente que haya convivido con nosotros una larga temporada, que tengamos confianza y, mejor que mejor, ¡que quiera trabajar también su autoestima! así podréis hacer juntos/as esta pequeña aventura.
La mejor manera de conocer algo que sabe el otro es...¡preguntando! a si que no hay más que eso. Pregunta a la otra persona ¿Cómo dirías tú que soy? ¿Cuáles son mis puntos fuertes? ¿y los débiles? ¿Qué te gusta más de mí? ¿Qué menos? o ¿Qué crees que debo mejorar? o utilizar ambos/as mis fichas y comparar los resultados. Revisa qué aspectos de ti ha destacado tu acompañante, entre ellos estarán algunos de tu área ciega.

Vamos a entrar en un apartado interesante. Analizar nuestra área oculta no es nada difícil, de hecho ya lo hemos hecho, al realizar los primeros ejercicios ya hemos reflexionado acerca de qué características externas e internas conozco de mi y, lo más seguro, ya habrás puntuado unas cuántas cómo "esto no me gusta" y, por tanto, tratarás de escondérselas a las demás. Esto no es malo, si Joseph Luft y Harry Ingham seleccionaron estas 4 áreas, es porque todos, en mayor o menor medida, tenemos las 4 y tu puedes incluir en ésta lo que necesitas.
Sin embargo, esconder demasiado de ti puede ser un síntoma de la baja autoestima, ya que cómo veíamos en el post anterior, las personas con baja autoestima tenderán a estar menos seguras de sí mismas. Como hablamos, son muchos los factores internos que intervienen, las emociones, los sesgos y la comparación irreal con los demás. Sobre esta última, vamos a reflexionar en las siguientes líneas analizando un concepto que nos puede hacer juzgarnos con demasiada dureza (y prejuzgar a los demás). Estamos hablando del estereotipo.
Los estereotipos y los prejuicios internos.

Siempre que tengo que explicar qué significa estereotipo me gusta explicarlo de la manera siguiente: ¿Cómo guardas las fotos en el ordenador? espero que no estén todas mezcladas de cualquier manera. Lo más probable es que las tengas ordenadas por carpetas, por viajes, por años, por momentos importantes...pues bien, todos tenemos millones de carpetas con imágenes en el cerebro, cada carpeta es una experiencia donde se han quedado registradas imágenes que ni si quiera te acuerdas que viste. Sin embargo, en la portada de la carpeta en tu ordenador, solo se ve una imagen, normalmente, la más representativa. En nuestra mente también existe esa imagen única para, una vez más, ahorrar tiempo y poder reaccionar rápido ante el episodio que estemos viviendo. Esa imagen es un estereotipo.
La imagen que ponemos como foto de portada suele ser algo exagerada, la que nos llama la atención, o que hemos visto más veces similar o repetida. Y esto, que aplicado a un viaje o un cumpleaños en tu ordenador no significa a priori nada, cuando lo usamos para categorizar personas, puede volverse peliagudo.
El estereotipo, al relacionarnos con los demás, nos lleva al prejuicio. A suponer en el otro, sin conocerlo, unas ciertas características, por esta imagen mental de su colectivo. Nos referimos, por ejemplo, a un prejuicio racial ("si veo a una persona negra creo que es pobre y que ha debido venir a España de manera ilegal"), religioso ("quien practique la religión musulmana debe ser muy radical"), sexual ("los gays tienen muchas más parejas sexuales"), de género, político, etc. Pero, este prejuicio también nos afecta a cómo nos vemos a nosotros mismos y puede hacer que nos juzguemos o pre-juzguemos, precisamente, por no encajar en la imagen que tenemos de nuestra carpeta-categoría.
-Otro día hablaremos si os parece sobre los prejuicios en nuestra sociedad. Mientras, tenéis en el foro, un debate abierto sobre el tema-
Mi pareja trabaja en el mundo de la maching lerning, programando máquinas para que aprendan por sí mismas y resuelvan problemas mucho más rápido. En una ocasión, hablábamos precisamente de que estas máquinas, al tener que aprender de lo que tenemos en nuestro entorno, igual que lo hacemos nosotros, pueden ser racistas o machistas porque los ejemplos que tienen lo son; tendríamos que forzar la realidad un pelín para que, al igual que un famoso experimento que os dejo a continuación, sean capaces de analizar los hechos alejándose del estereotipo.
"Un padre y su hijo viajan en coche y tienen un accidente grave. El padre muere y al hijo se lo llevan al hospital porque necesita una compleja operación de emergencia, para la que llaman a una eminencia médica. Pero cuando entra en el quirófano dice: "No puedo operarlo, es mi hijo". ¿Cómo se explica esto?
Si eres como una máquina que acaba de aterrizar en el año 2021 y que se ha centrado en vagos ejemplos que tiene a su alrededor, quizá no te has llegado a plantear que la "eminencia médica" podría ser la madre del muchacho (qué sepáis que también podía ser otro padre porque la pareja sea homosexual). Estoy de broma, lo cierto es que si no has sacado a la primera que el posible resultado es que fuera mujer, serías como el 86% de los estudiantes de Psicología (nada menos) de la Universidad de Boston donde se realizó este experimento que no hace nada más que demostrar el poder que ejercen los estereotipos.
Los estereotipos que pueden afectarnos en mayor medida y que pueden hacer que no nos aceptemos son:
El canon de belleza. Existe una imagen preconcebida de cómo debe ser un cuerpo. Lo vemos día a día en la televisión. Si por alguna razón, una de esas máquinas anteriores, o un extraterrestre, tuviera que aprender de cómo somos corporalmente a través de lo que ve en televisión, vería muchas menos personas con una minusvalía, no sabría que existen tallas tan diferentes ni cuerpos tan diferentes que tienen que entrar en esas tallas. El canon de belleza establecido es algo del todo ridículo y que puede ser muy perjudicial, sobre todo para aquellas chicas (pero cada vez más chicos) que se están desarrollando y no les gusta su cuerpo tal cual es. Hay que decir más claro que estar sano no es tener un cuerpo escultural ni digno de pasarela, hay muchos tipos de cuerpos, entran en juego muchos factores.
Os dejo un vídeo de Yolanda Domínguez que habla de una manera espectacular sobre este tema.
El estereotipo de género. Por nacer hombre o mujer se presuponen ciertas aptitudes y actitudes. Las niñas siempre han estado relacionadas con saber cuidar, comunicar sentimientos y comprenderlos, escribir con letra bonita, ser más buenas, calladas, dóciles...y un largo etc. Pero los chicos no se salvan: ellos son fuertes, valientes, se les dan bien los deportes, se llevan mejor entre ellos que las chicas, hablan menos pero porque son mucho más directos...y como estos, muchos otros más. El ser (o sentirte) hombre o mujer y no encajar en esa categoría puede implicar que tengas problemas con aceptar quién eres, que escondas parte de ti o que elimines gustos o conductas porque no encajan con tu género. El feminismo quiere acabar con estos roles que se conocen como sexistas. Por suerte, cada vez hay más ejemplos de mujeres y hombres que rompen con sus roles preestablecidos y pueden ser un espejo en el que mirarse para todas aquellas personas que creen no encajar y así, aceptarse y valorarse.
El estereotipo sexual. También existen pautas, conductas e incluso gustos dentro del estereotipo de nuestra preferencia sexual. Y, relacionado con esto, de cómo debe ser una pareja o una relación afectiva. El grado de intimidad, el propio rol de tu persona dentro de la relación, lo qué significa compromiso, los gestos románticos...un sinfín de paradigmas que no nos dejan vivir nuestra sexualidad y nuestra relación afectiva como lo que es, algo particular y solo nuestro.
El estereotipo de edad. Se presuponen una serie de etapas en la vida. Se es niño/a, se aprende de los progenitores y el entorno próximo, después se pasa a centrarse en el grupo de amigos/as, salir de fiesta, conocer gente, cometer locuras, rebelarse...hasta que se madura llega la etapa adulta, te independizas, trabajas, tienes tus propios hijos/as y les enseñas todo lo que puedes antes de que su centro no seas tú, y entonces se acabó. Pues no, la realidad es que cada persona tiene sus propios tiempos, sus propias necesidades y sus propios gustos, pero no encajar en el estereotipo que se supone a tu edad puede crear malestar. Si eres adolescente pero no te apetece salir de fiesta (o lo que hagáis hoy en día en medio de la pandemia), si te gusta relacionarte con gente más mayor y tienes otras aficiones diferentes a la gente de tu edad...pero también si se te considera adulto pero tu no crees tener que dejar de salir de fiesta, hacer locuras, conocer gente nueva, vivir aventuras; si no quieres tener hijos, no tienes trabajo estable (porque no quieres, no por cómo está de mal la cosa). Y cuando cumples 60 o 70 y (si has tenido hijos/as) tus hijos/as ya son mayores, significa eso que no tienes nada más que vivir por ti mismo/a? ¿no puede ser el momento también de conocer gente nueva, de vivir aventuras, de probar a hacer una locura?
Por suerte, la tendencia actual nos lleva precisamente a alabar estas diferencias (no hay más que ver cómo han cambiado las series o las películas), a romper con el estereotipo, a ser diferente porque cada uno de nosotros lo es y está bien. Tu eres tú, con tu personalidad, tus aptitudes, tus defectos y tus gustos. Y esta tendencia no debe cambiar, debemos seguir insistiendo en demostrar que cualquier cuerpo es normal, que hay mujeres que son eminencias médicas, hombres que se les da fenomenal empatizar, catalanes muy poco tacaños y andaluces a los que no les gusta nada la jarana ni el flamenco.

Que un niño o niña, cuando se esté desarrollando, tenga tantísimos ejemplos en los que fijarse, lo que le va a permitir es, simplemente, no tener el miedo a ser quien es. No tengamos miedo nosotros de no permitirle ese ejemplo, por muy alejado que nos parezca que esté de nosotros porque, como decíamos en el post anterior, sólo teniendo la realidad con la mayor cantidad de matices posible, es cómo podemos saber bien quiénes somos nosotros mismos.
Y, llegados a este punto, en el que nos hemos analizado y hemos aceptado que no somos perfectos, que somos diferentes pero que cada uno de nosotros y nosotras tiene virtudes y aptitudes con los que ha logrado cosas en su vida, llega el momento de retarte a conocer muchas más. Ponte a prueba, supérate, trata siempre de llegar un pelín más allá, descubre aficiones, no tengas miedo de relacionarte más.... uy, esto empieza a parecerse a una charla motivacional.
¿Salimos de la "zona de confort"?
Bien, vamos a retarnos, a conocer nuevas facetas nuestras, nuevas aptitudes y a conseguir nuevos objetivos, ¿por qué no voy a alcanzar yo ese sueño?. Y así, conocer algo más de esa área desconocida.
Últimamente, nos bombardean con mensajes de este tipo, escuchamos charlas motivacionales de una persona que se fue a vivir a Kualalumpur dejándolo todo atrás y ahora es feliz, a otra que dejó su trabajo mal pagado y montó su propia empresa y a quien se dio cuenta de que su vida no le gustaba y le dio un giro, y si, es posible que esas historias existan pero ¿puede todo el mundo verdaderamente salir de su zona de confort?
Sé que son muy llamativas las campañas de 'tu puedes con todo' y que 'con esfuerzo todo se logra' pero lo cierto es que muchas veces no es así. No todo depende de nosotros, existe el factor suerte (para bien y para mal), no somos un ente individual, las personas que están a nuestro alrededor también interfieren, se interponen obstáculos económicos, sociales e incluso sanitarios, no tenemos nada más que ver lo que nos ha pasado a todos ahora. Otro día profundizaremos sobre cómo definir objetivos realistas, establecer metas, tiempos y gestionar nuestros recursos, motivándonos en el proceso, pero el primer paso, antes si quiera de comenzar la marcha hacia ese sueño, es conocer con qué herramientas contamos.
Cuando hablamos de dar un giro a nuestra vida o saltar hacia lo desconocido, estamos hablando de aventuras, y, para cualquier aventura necesitamos estar preparados. Si vas a realizar una nueva expedición te pones ropa y calzado adecuado, llevas una mochila con suministros, un mapa o un gps para no perderte y, ojalá, poder contar con un guía y algún tipo de red de seguridad como un número de primeros auxilios o alguien que te sostenga antes de que vayas a caer por el precipicio. No todo el mundo tiene la capacidad socieconómica de estar preparado para una experiencia así. No es igual emprender, con una familia que puede auparte si te quedas en bancarrota que con dos hijos dependiendo de tu economía y ningún apoyo extra. No nos culpabilicemos por no conseguir retos que no están a nuestro alcance, existen cargas, existen deficiencias en material y suministros, existe falta de apoyos imprescindibles o material de primeros auxilios.
Pero todo lo anterior tampoco puede dejarnos acomodar en una situación que nos desagrada, tenemos que buscar las herramientas en nosotros y en nuestro entorno para buscar nuevas vías, nuevos caminos. Tenemos que ser conscientes de que con esfuerzo no se consigue todo pero sin intentarlo seguro que nada se consigue. A si que sí, esforcémonos en llegar un poco más lejos, en ser mejores, tengamos retos grandes o pequeños, metas a corto o a largo plazo y busquemos los recursos para llevarlos a cabo siempre con lógica y desde la aceptación de nuestras capacidades y posibilidades.
Por hoy nada más. Espero que os haya resultado interesante. Podéis dejadme en comentarios aquí abajo qué os ha gustado más o menos, de qué queréis que hable en próximos post y preguntarme cualquier cosa que no os quede clara.
Muchas gracias por leerme, si os ha gustado, compartidlo para que llegue a más gente y se genere una comunidad.
¡Nos vemos en el siguiente!
Gracias por tu aportación para ayudarnos a conocernos mejor. Muy interesante!!
Muy interesante. ¡Hay que seguir subiendo la escalera!