Machismo: ¿Cómo les perjudica a los hombres?
- Ana Rosa
- 10 jun 2021
- 8 Min. de lectura

Llevamos muchos años escuchando en todas partes cómo afecta a las mujeres vivir en una sociedad machista.
La lucha feminista pretende acabar con esta lacra que, en uno de sus aspectos más grave, ha matado ya a 17 mujeres y 6 menores de edad en lo que va de año (datos del Ministerio de Igualdad).
Sin embargo, muchas veces no somos capaces de explicar a los hombres la importancia de esta lucha. Además, el exceso de información que se encuentra en la red, las fakenews, y algunos influencers, youtubers y bloggers que inician campañas contra el movimiento feminista (muchas veces por puro desconocimiento) hacen que corramos el riesgo, incluso, de que crean que esta lucha no es sólo algo ajeno a ellos sino que, además, les perjudica.
En este post vais a encontrar datos y apuntes (siempre desde la Psicología Social) sobre cómo afecta el machismo a los hombres y sólo a ellos. Está pensada para dotar de conocimiento a aquellos y aquellas que quieran reflexionar, aprender y comprometerse con un movimiento que, no nos olvidemos, sólo busca la igualdad.
Sin más, pasamos a iniciar esta conversación.
El machismo no te deja elegir tus propios gustos
Comenzamos con un aspecto muy fácil de comprender. El machismo, asociado al sexismo, es decir, a la construcción de roles diferenciados según el sexo biológico, hace que todos los hombres tengan presiones desde el nacimiento hacia determinados gustos, aficiones, actividades, etc.
No nos estamos refiriendo únicamente a elegir el color azul frente al rosa en la ropa, que también, si no a toda una amalgama de acciones y conductas que están prohibidos o mal vistos en un "hombre" y le dificultan al mismo para actuar con libertad y personalidad propia.
El machismo ejerce presión desde la infancia para que determinados juegos y conductas sean aceptados en las niñas y no tanto en los niños: jugar con muñecas, pintarse las uñas, disfrazarse (o vestirse) con vestidos, jugar a la comba, a las cocinitas, a peinar(se)… al contrario que jugar con superhéroes, armas, coches, herramientas, guerreros, cualquier juego de balón, de construcción, etc.

Esta diferenciación puede presionar a los niños que son más tranquilos y disfrutan de los juegos pausados, creativos y/o emocionales.
Muchas veces, son los propios adultos de su entorno quienes ejercen estas presiones invitándoles a jugar a otros juegos, incluso impidiéndoles jugar a lo que les interesa (a continuación os dejo un experimento que realizó la cadena BBC sobre este tema).
Otras, simplemente son ellos los que cambian un juguete que les llama la atención por otro más "aceptado", al ver como los hombres de su entorno, y otros niños, interactúan más con esos juegos.
La continuidad con sus gustos puede llevarles a sentirse aislados, poco aceptados, incluso a sufrir bullying por parte de otros niños al verles como extraños.
En la adolescencia, estas presiones se acentúan. En esta etapa, los iguales, es decir, los chicos y chicas de nuestra edad, se hacen el centro de nuestro mundo. Todos y todas queremos gustar al resto y la mejor manera que encontramos es pareciéndonos al grupo. Es por eso que un chico al que no le guste el fútbol u otros deportes de balón, puede ser aislado o incluso rechazado en el patio del instituto.
Todas estas presiones llevan a que el hombre, ya en la etapa adulta, haya aprendido que ciertos gustos y aficiones están prohibidas para él. Lo que además, derivará en nuevas problemáticas.
El machismo te hace ver dependiente
Es curioso como siempre tendemos a mostrar a la mujer como dependiente del hombre por la tradición del hombre proveedor y sustentador familiar cuando en la mayoría de familias actuales ambos trabajan y sustentan la economía de la casa.
Sin embargo, existe una "dependencia" de la que menos se habla y que afecta principalmente a los varones. Y es la dependencia doméstica.
Para el machismo, el hombre en su casa es un adorno (como la mujer fuera de ella). Nos representa al varón siempre sentado en el sofá o, como mucho, realizando alguna chapuza doméstica para las que las mujeres no hemos sido adiestradas (ya sabemos que los juegos de herramientas es un juego bien aceptado en los niños pero no tanto en las niñas). La mujer, por tanto, cocina, lava, plancha y piensa qué hace falta comprar. Lo que la hace necesaria para el hombre en casa.
Si no es una madre, ha de ser una novia o mujer quien asuma el rol de cuidar al hombre, lo que lo vuelve dependiente.
Para muestra: 12 tareas del hogar que puedes confiarle a un hombre. ¿Te ofende que pueda existir algo así?
El machismo no deja que se desarrolle tu Inteligencia Emocional
La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos de reconocer nuestras propias emociones y también de reconocerlas en los demás. Está, por tanto, relacionado con conceptos como la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otra persona), la regulación de emociones (capacidad de controlar la emoción para actuar de forma más lógica), las habilidades sociales, la autoestima, el autocuidado, etc.
Al igual que otros tipos de inteligencia, no todos tenemos la misma capacidad innata de reconocer la emociones. Entre 1994 y 1996 Daniel Goleman, psicólogo por excelencia de la Inteligencia emocional, ya descubrió que los bebés eran capaces de saber si los adultos que les criaban estaban tristes o contentos, no todos al mismo nivel, pero no encontró diferencias entre varones y hembras. Sin embargo, multitud de estudios como los que recoge este artículo de diversos autores españoles, señalan que las diferencias se acrecientan por género cuando vamos creciendo.
En concreto, los estudios señalan:
Las mujeres tienen mayor capacidad de atención y emocional y empatía.
Los hombres tienen menor regulación emocional
La autopercepción de la inteligencia emocional, es decir, la visión que tienen sobre su propia inteligencia es más baja que la real en mujeres que en hombres.
Si no existe la diferencia innata, está claro que la diferencia se produce por el propio aprendizaje y desarrollo del sujeto. Aunque, por suerte, también se ha estudiado que en las nuevas generaciones cada vez existen menos diferencias, precisamente por la educación en casa cada vez más igualitaria.
Estas diferencias tienen 2 explicaciones que actuarían de manera conjunta:
Por un lado, las niñas exploran con mayor libertad sus emociones, se les deja ser más cariñosas, se les deja llorar más, se les deja depender más de mamá y papá por esa visión de que el niño debe ser fuerte.
"No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre" Aixa a Boabdil cuando éste rindió Granada a Fernando de Aragón
Por otro, Goleman y otros autores como Brackett o Mayer, descubrieron que los niños y niñas también aprenden a desarrollar su inteligencia emocional por observación de los adultos como modelo. El lector puede imaginarse que si un padre o madre resuelve su enfado a gritos, el niño detecta que cuando hay gritos, hay enfado y cuando experimente una emoción similar, va a gritar para dar a mostrar esa emoción.
Pero además, la ausencia de emoción también enseña: si el padre no muestra respuesta emocional a una situación triste, el niño también aprenderá que ser papá es no llorar cuando se está triste. Y si a esto le sumas que siempre es mamá quien te pregunta por tus sentimientos, quien se preocupa si te ve mala cara, etc. etc. los hijos varones aprenden de la diferencia aunque sea sin darse cuenta.
¿Consecuencias? desde que a los hombres se les achaque ser peores en cuidar o peores en las relaciones amorosas, hasta mayores tasas de suicidio, como veremos más adelante.
Si queréis que os de tácticas para trabajar la inteligencia emocional, tanto para adultos como para trabajar con menores, hacédmelo saber
El machismo hace que tu masculinidad siempre esté en duda
Para mí, el ser hombre o mujer no debería ser más que ser tu propia persona: un ser único que tiene sus miedos, sus gustos, sus capacidades y habilidades y sus defectos.
Sin embargo, para el machismo, solo hay un tipo de masculinidad que aún hoy es hegemónica: el hombre fuerte se espera del varón que sea el fuerte, hábil, el que dirige, el que toma las decisiones, el cabeza de familia que provee económicamente y protege al resto. Esta concepción excluye no solamente a las mujeres, sino a los varones que no se corresponden con éstos cánones.
Por supuesto que, en diferentes culturas y generaciones la definición social y conjunta de lo que es ser hombre va cambiando, pero el ideal sería que aceptáramos como válidas distintas masculinidades, cada vez más y más ejemplos para que, cada chico que se desarrolla, cupiera en esa definición. No en vano, en la vida de un mismo varón esa definición puede ir cambiando, a la vez que cambia tu experiencia y tu aprendizaje. No se es el mismo hombre siendo adolescente, que adulto ya trabajando, o padre, o abuelo, por lo que una única visión de lo que es ser hombre hace que éste se sienta presionado a aceptar conductas, pensamientos y emociones que, de otra manera, le serían ajenos.
La virilidad es un mito terrorista. Una presión social que obliga a los hombres a dar prueba sin cesar de una masculinidad de la que nunca pueden estar seguros: toda vida de hombre está colocada bajo el signo de la puja permanente. (Georges Falconnet y Nadiene Lefaucheur, "La fabricación de los hombres" 1975).
La presión es más fuerte en grupo, frente a otros hombres, y les lleva a los chicos a creer, constantemente. que tienen que demostrar que sí entran en esa definición. Muchas veces no somos conscientes de cómo nos afectan estas presiones pero, poco a poco, nos vamos adaptando a lo que creemos, quieren de nosotros. Otras, la presión (o ¿os acordáis de lo que hablábamos de la disonancia cognitiva?) es tan fuerte y evidente que el chico puede entrar en una grave crisis de identidad.
El machismo no te deja ser buen padre
Por esta dicotomía histórica de hombre proveedor y mujer cuidadora, el rol de madre es prioritario al de padre en la sociedad. Que se quede solo el padre con los niños todavía hoy en día no está totalmente aceptado. ¿Ser padre soltero? casi una locura. Entonces ¿ qué pasa con aquellos padres que sí se mueren por serlo y quieren ejercer ese rol plenamente?
Es probable que ellos no tengan "experiencia previa" en cuidados. Las niñas juegan con muñecas, es más habitual que cuiden de hermanos o primos, etc.
Es probable que no tengas los mismos recursos que las madres. Ojo, muchas veces esta distinción favorece a la mujer simplemente porque, en la actualidad, es casi exclusivo una necesidad materna. Pero cada vez más, deberíamos irnos adaptando a la igualdad en este sentido. Un ejemplo de esto son los baños de mujeres con cambiadores de bebé.
En el trabajo está mal visto que pidas permisos o reducciones de jornada para cuidar de tu hijo. Se entiende más a las madres, también por ello es una causa del llamado techo de cristal.
Hoy en día, el permiso de paternidad se ha igualado al de maternidad en 16 semanas pero ha costado entender que el padre también pudiera necesitar de un tiempo con el bebé (y hace muy poco que se descubrió el vínculo paterno)
Las custodias. Un tema polémico y por el que muchas veces se ataca al feminismo. Aunque la tendencia actual es cada vez más a otorgar la custodia compartida, muchos jueces y juezas tienen esa visión del rol de madre y padre anticuada, y la custodia materna sigue siendo la más común.
A si que padres, apuntaos a la lucha feminista. Exigid permisos, id a las reuniones del AMPA, acompañad a los niños/as al cole, que cada vez sean más los buenos ejemplos de padres comprometidos con la crianza.
Espero que esté resultando interesante hasta aquí. Otro día, si os parece, hablamos de:
Por qué el machismo favorece los suicidios masculinos
Por qué fomenta las adicciones masculinas
Por qué te vuelve más violento
Por qué presiona tu sexualidad
Mientras, os dejo con una entrada en el foro por si queréis debatir sobre este tema o contar cualquier experiencia personal.
También os dejo unos cuantos artículos relacionados con el tema para quien quiera saber más:
Infantes, A. T. (2017). Sobre cómo el machismo perjudica a los hombres. Igualdad de género e identidad masculina, 6.
SANFELIX, JOAN (2015) Esos pocos locos. Hombres por la igualdad y contra la violencia machista. https://eixamestudis.wordpress.com/2015/11/26/esos-pocos-locoshombres-por-la-igualdad-y-contra-la-violencia-machista/
KIMMEL, MICHAEL (2008). Los estudios de la masculinidad: introducción. Àngels Carabí y Josep Armengol (eds) La masculinidad a debate. Ed. Icaria
Baron-Cohen, S. (2005, January). The essential difference: The male and female brain. In Phi Kappa Phi Forum (Vol. 85, No. 1, pp. 23-26).
Núñez, M. T. S., Fernández-Berrocal, P., Rodríguez, J. M., & Postigo, J. M. L. (2008). ¿Es la inteligencia emocional una cuestión de género? Socialización de las competencias emocionales en hombres y mujeres y sus implicaciones. Electronic journal of research in educational Psychology, 6(2), 455-474.
*Viñeta de portada: ABC España "Masculinidad tóxica" de Jose María Nieto.
Espero que os haya resultado útil e interesante. Si os gusta, no dudéis en compartir, comentar y preguntar lo que queráis. Así me ayudáis a mejorar día tras día.
Nos vemos en la siguiente ;)
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