En los últimos años ha entrado este tema de debate en nuestro país. España tiene una larga tradición de piropos en las calles, se describen en libros y en películas y hay quien considera que un piropo te alegra el día y levanta el autoestima.
Sin embargo, el piropo también tiene sus detractores. Puede ser una forma de intimidación, incluso acoso. Y es que, la mayoría de las veces no se conoce muy bien el objetivo del piropo. Si el fin último es agradar y ligar con la mujer a la que se lo lanzas ¿cómo es posible que las reacciones de ellas sean de vergüenza, asco o incluso enfado? Porque muchos de los piropos que se lanzan no son bonitos, responden a otro objetivo: ¿intimidación? ¿muestra de superioridad?
Muchas mujeres nos preguntamos ¿por qué ese deseo de comentar nuestros cuerpos por la calle? ¿de verdad alguno piensa que después de un "eh morena, ¡vaya tetas!" nos vamos a dar la vuelta y vamos a decir: "gracias, ¿nos tomamos un café?"? No, parece que no.

Imagen seleccionada de la web Moderna de Pueblo.
Y a vosotros/as ¿Qué os parecen los piropos? Podéis dejar vuestros comentarios y experiencias aquí abajo.